La marcha y la última sentencia.


El llanto infinito

permeable en las zonas

boscosas, rocosas,

tan térreas y austeras

navegan al centro.

*

Tan lento y antiguo

vagar con destino,

de vida y de muerte

libertos conscientes

no desean más suerte,

liberan sus mentes

las causas atroces.

*

La marcha costosa

prosigue en sollozos,

desgarra la carne terrestre

tiemblan los cimientos,

aquello impoluto,

terrífica muestra.

*

Un Rey indolente

merece mazmorra,

donde la avaricia, el ego,

cambiaron las cosas

las almas, la sangre,

se encuentran con estos

unidos llegando

al centro desvelan

libertad no es misterio.

*

La química humana,

temor de temores;

la muerte, el dolor,

púrpura derramado,

el mar de los ojos

quebrándolo todo,

dictando sentencia

sin miedo a morir

por pura consciencia.

*

El núcleo se parte,

todo se reinicia,

de alguna manera

todo cambiará.

Por las mañanas


Insípida brea

que entorpece el paso,

reseca,

se curte en su función pasiva

no detiene mi marcha,

con suerte evitará el desprendimiento.

*

Del suelo al cielo

rebotan en el cuadro

pensamientos,

dimensiones humanas prefijadas

nuestro emisor biológico sensible,

marco que da distancia, altura

y la aberrante costumbre de juzgarnos.

*

Es redundante y trabajoso

evitar reincidir el pensamiento

y dejar de tratar la anomalía

aquella cual parásito se posa

entre las sienes de nosotros perturbados.

*

Es por la enfermedad que existe cura

y por ella el esfuerzo, las jornadas,

desvelos y amarguras

y por esto engañamos los sentidos,

conformando ilusorias situaciones no deseadas,

las únicas que saben de verdades

son las dolidas, cansadas, las espaldas.

Olvida todo lo que poco vale.


¿Qué importa

si se lo llevan todo?

aquello que no vuelve

se fue solo.

*

Que dé sombra en verano

a otras espaldas,

ya que serán su frente

la visión de sus frutos.

*

Y tu contando arena

a la orilla de tu desierto,

tendrás alternativas

volver a la marcha;

entre las mismas dunas,

atreverse a nuevos rumbos.

*

Dí adiós a espejismos

espero que esto hijo,

amigo o vagabundo,

te dé la pauta,

la ruta a un sano camino.

 

El último Convoy


Lo dijo

como si de empujar el aire

se tratara.

*

«Ya no pasa»

su piel de acero jubilada,

rechinante, descansa.

*

Plácida yase

no olvidaré su trote altisonante (a tempo marcha)

de fundición tonélica.

*

Gasoil multiplateado

mas un violeta, verde derramado,

su savia enérgica.

*

Silencio de Agosto

tracción involuntaria, (cobra vida)

intenta volver.

*

Por vez primera

metal y tierra se compactan,

no más humo,

la máquina se apaga.

Sin tiempo


¡Oh! Muro impenetrable

lamento por el flujo incontrolable

que tiñe y ciñe cuanto place

y fluye en la alegría irrefrenable.

*

Que cesa en la penuria del viaje.

*

Del tiempo estoy hablando, ¡Cruel!

quién más que los relojes amos

deciden pues así lo hemos dejado

dictar la marcha, el trote apresurado.

*

Y cierran las heridas cuando

de juerga por las noches corren,

se ralentiza al alba su tarea

castiga al manso y paga sus pecados.