Desatan los vientos
huracanados de la ira,
el negro recuerdo
de la ceniza humeante.
*
Las vallas caen,
el agua intenta
refrenarlo todo,
la lógica apagada.
*
Árboles de hierro
se yerguen en el patio,
asoman sus copas
frondosas de chapa y sangre.
*
Ciertos olvidos;
injustos y engañosos,
de aquello prometido
sin sustento.
*
Los granos de maíz
resecos incluso sobre el agua,
banderas quebradas
y el hambre intacta,
se hace eterno lo innecesario.