RES COGITANS


Siento cada día lo inútil del cuerpo

me ata a él la vida y ciertas perversiones,

es básico y me arrastra,

debo seguirlo, no se puede salir de él.

*

Sueño un ser anfibio,

apacible en el fondo, quieto,

mientras todo gira a su alrededor, sus ojos caen,

su cáscara en realidad, y todo se desprende de sí.

*

La dimensión que me socava se extingue,

los planos se desdoblan pero el cuerpo no pasa,

un periscopio espectral observa tímidamente un azul opiáceo,

vuelve a mi boca y se confunde en la materia.

*

El pensamiento parece fluir con el éter,

radiación propulsada por la energía configurada por el espíritu,

la última representación del hombre y la que deja de ser,

su obra maestra, el alma.

 

Mi pena, condena.


Me arrastra la marea

al lugar que siempre detesté,

y si así llego; mi pobre consuelo,

será que al menos intenté impedirlo.

*

Me arrojará la pendiente babosa

y caeré junto a los holgazanes,

a los apostadores y estafadores,

a todos los que odié por cobardía.

*

Se reirán tan fuerte,

que la noche ficticia

retumbará de tormentos,

y servirá en la boca de sedientos

el veneno junto a la gota,

que sube y baja de las nubes

hasta matarnos con nuestro propio hedor,

que mezclado con la saliva,

hace al cianuro un jugo.

Derrotado


Derrotado,

se hunden las rodillas

en la arena.

*

Por más que fuerzo

la añoranza,

no cede.

*

El Karma

irreverente desatina,

indiferente.

*

Todo lo que aquí sucede

me arrastra, desmotiva,

se seca de la bala hasta la pólvora,

rogando que el cartucho finalice

la historia que algún día comenzaron,

sin fortuna al principio,

sin principio al final.