En la incesante marea de ideas
las almas a la espera se marchitan,
en la vereda húmeda, sentadas,
el designio final es siempre nudo.
*
El desencanto se vende sin rebusque
los rostros se derriten y se funden,
como el bronce vencido que no ilustra
el tiempo de esperar ya no es posible.
*
La verdad increíble el paradigma
de saber el error, la solución,
en la acción vencidos como si resurgiera
cada mañana las trincheras de vidrios.
*
¿Será que somos la semilla
y ya los gajos utopía?
¿Será que dejarse morir
no es tan suicidio?
*
Se siente lo humano tan lejano
que burdas teorías pacen
en la rendija de los pensamientos,
buscando evitar el aciago cercano.