Tará tara tá ta, tará tarará.


Fatídico Sol

reposa en mis manos,

no quema porque

mi frío inhumano.

*

Mi piel insensible

curtida en la sal,

no sabe de amores

conoce del mal.

*

La suerte mediocre

me muestra lo dulce,

ajenos sucesos

parecen correctos.

*

No giro ni tuerzo

mi vista en la vida.

*

Así y todo entiendo

que de tantos cuentos

quedé confundido,

la muerte, los éxitos,

son falsos impuestos.

*

Y nacen princesas,

y nacen machitos,

sino cambian nada

preparen la cara.

El hijo muerto


El hijo muerto

que parió la simbiosis,

de los encuentros funestos;

el día que limpié las miserias en las tuyas,

yace frío a tus pies,

en la esquina, el café.

*

Lo pútrido que invade los sentidos

impide y direcciona lo agudo que se pierde,

se presiente el desenlace incluso

en la más sólida verdad de quien la ampara.

*

Lo tomo de las piernas

lo tomas de las manos,

y la fosa elegida ya no importa

los dos sabemos que la muerte

no merece guirnaldas ni coronas,

das vueltas con las ganas

de olvidar el camino,

evitar de una vez los desentierros,

las resurrecciones no soportan

ni saben de segundas intenciones.

 

Diario, rutina.


Excitados como niñatos

no intentan detener la fanfarria,

distanciados del estandarte de la moral

demuestran lo que son.

*

La percepción aguda

es el nuevo castigo,

y será clásico en los libros de historia,

en el futuro; si el libro llega.

*

En la marisma sumergido me pudro,

recostado en el fondo de mis pensamientos apelmazados,

desechos por el descarte,

la ceguera y la estupidez son salud.

*

¿Acaso aquí nadie comerá mi carne?

¿Será la ausencia de brillo o valor público

que ni la muerte encuentra atractivo tan fácil encomienda?

*

Tal vez por ser así,

la vida nos castigue con la inmortalidad.

 

Dame el olvido


La última prueba

de mi amor taciturno,

se desgrana en la copa de un pino

y se hace al aire de un otoño lejano.

*

Te lo di todo

ni un poco me guarde ni rezagos,

son retazos manchados los que quedan

desteñidos del uso y del fracaso.

*

Aunque el lirio que pende

de tus cuartos menguantes me hace endeble,

el recuerdo del llanto, la bronca clavada,

fijan las coordenadas

a mi sitio distante del umbral reseco.

*

De mis huesos quebrados no hago cuentas,

mi deuda se cobra solamente

con tu olvido y distancia de mi cuerpo,

con silencios de muerte,

con recuerdos sepultos,

con hedor por perfumes,

con borrar la memoria.

Demora


Disculpa mi demora

pero le dí una pausa,

al corazón, al cuerpo y a mi mente,

de los impulsos magnéticos; las emociones,

que estos provocan.

Sin salida

esos eléctricos estallos

que lo inundan

los carriles profundos de la carne,

esos que llegan a cada uno

de todos los rincones, los extremos,

y surten ese efecto de congoja,

estreñimiento y furia, desesperante,

por ver la muerte de los sueños,

cadáveres imaginarios suicidados,

saltando de las mentes a este mundo

y viven estos portadores

enfermos con la cinta,

de esta película que muchos

se empecinaron en llamarla vida.

 

Pensar en voz alta


Estoy tratando

de conservar el resto

que queda en el estuche

de integridad  o fe.

*

Ahora entiendo

porque buscan en el cielo,

es el último paso,

la necesidad de ser oído.

*

Y es que hago ruido

para saber si existo,

si tuercen a mirarme

el aliciente contacto visual.

*

Son más los días que son noches

no en vano nos prohíben

controlar eso de la hematosis.

*

Poco me importa

si suena un desatino,

también escribo

versos como escalones,

para que trepen almas

y callen opiniones.

*

Los dos deseos

que retumban al hombre

son la vida, el amor,

o son la muerte, el olvido,

y estas últimas;

famosas por estar al alcance del más pobre,

son más probables que funcionen.

Tú no sabes


Tú no sabes

de la gélida escarcha

que penetra

más allá del bronce, del acero.

*

Tú no sabes

del bramar de mi sangre,

la visión nebulosa,

la muerte rondante.

*

Tú no sabes

que incluso cerca del final

mis fuerzas me acompañan,

mis manos recorren tu cuello.

*

Tú no sabes

guerrero me siento,

morir es la presea que engalana

los repujes del encierro fétido.

Muerte


¡Quien dice que este paso es vida

la muerte matará dos veces!,

los vivos la mencionan, ¡tantos!

y vagan tras lo vano que persiguen.

*

Yo muerto les advierto algo

tan fétido, ya frío, despojado

la muerte es ver morir los sueños

soñar es ser utópico, soñar contigo.

*

Que viva pues aquél que siente

que sufra hasta nacer el hombre,

valiente inmemorial alcance

redima su pesar a cambio

de ver vivir los suyos,

de ver brotar sus sueños

de ser lo etéreo eterno

de ser la muerte vida sacrificio.